lunes, junio 20, 2005

Realidad Virtual. Parte II

Cuando el Honorato llegó a la Villa, causó estragos entre las mujeres, lo encontraban lindo y una infinidad de cosas, conmigo fue todo lo contrario, ya que me cayó hasta mal. Las otras 3 amigas comenzaron con las apuestas de quién se lo agarraba primero, al final las 3 lo hicieron, menos yo.
El día del carrete final por fin había llegado, después de almuerzo el Honorato llegó a mi casa, sólo para decirme que finalmente sus papás no llegarían en la noche y que prestaría su casa para el gran carrete. Estuvo toda la tarde conmigo, estuvimos en mi pieza viendo un par de videos de música.
Me metí en la tina y ahí me quedé por largo rato.
Tal vez era un cambio demasiado radical, de pasar a estar todos uniformados, a ser todos distintos. Quería dejar por primera vez en mi vida el futuro de lado y pensar en lo que me estaba pasando ahora.
Me salí de la tina y me vestí, le pedí platas a mi papás y le me fui a la casa del Honorato, ya que teníamos que ordenar la casa para que nada malo pasará en la noche. Después de todos los arreglos vimos “El Club de la pelea” en el HBO.
El primero en llegar fue el Payno con la mochila en sus hombros y un cuete en la mano, ese era el comienzo del carrete más inolvidable. Yo ya estaba lista para comenzar el carrete y creo que no necesitaba fumar nada más, ya estaba bien. No sabía que me pasaba, pero comencé a apretarle la mano al Honorato y fue con desesperación eléctrica, creo que me estaba volviendo una angustiada.
Estaban circulando un par de pitos por el living, y la verdad es que supuestamente era a la americana y todos iban para la mano derecha, el problema fue que la mayoría de las colas terminaron en mi estomago. Sacaban mucha marihuana, y en uno de eso momentos de solidaridad, el Payno me regalo uno para mi sola.
Comencé a entrar en otra dimensión, todos gritaban y bailaban y yo estaba en una esquina del sillón acurrucada. El Payno bailaba Bob Marley y todos estaban volados. Me caí de rodillas al suelo, la cabeza me daba vueltas, me tomé un vaso de pisco puro y me senté en la taza del baño, mientras miraba como la tina se llenaba de agua. Fui al patio, me acosté en el pasto, había pocas estrellas y saltaban entre sí, las nubes iban y se devolvían, los ovnis pasaban muy rápido.
Entré a la casa y otros pitos siguieron dando vuelta, miré a la Riba y estaba con pálida vomitando en el baño, mientras el Osler le apretaba la guata, luego se fueron a la pieza de la empleada y ahí se perdieron.
El oso de peluche de la Eugenia, mi cuñada, se movía como un animal de verdad. Había decidido no fumar, porque sentía taquicardia, así que el Honorato me tomó la mano y me llevó al patio. En el cuarto estaba el Payno y el Sándalo con 2 minas desconocidas, aspirando coca e intercambiándose parejas, era algo asqueroso. El Honorato me llevó al living, quedaban menos personas.
Quería ver tele, pero estaban los amigos con unas tipas que no conocía, fumando a la lo hippie y sacándose la ropa, volví al sillón y sólo quedaban 3 personas, entre ellas el Honorato, le di un beso al dueño de casa y cuando terminamos los otros 2 se habían ido. EL aburrimiento nos hizo despedazar unos cogollos que estaban encima de la mesa. Estaba muy mal y sólo escuchaba el latido de mi corazón, veía ánimas revoltosas por todos lados, todo era una realidad virtual, ya que volaba con ellas. Él me hacía cariño en el pelo y sentía una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, me dieron escalofríos. Jugué con mis dedos como 30 minutos y Honorato me salvo de quedar pegada por toda la noche con el movimiento de dedos.
Sonó una canción de Nirvana, “Rape me” y Honorato me dijó:
- Rape me
- Bueno.
Subimos al segundo piso de la mano, nos sentamos en su cama y era todo lejano, como estar viendo una película.
Lo hicimos entre las miradas atentas de los Chanchos en Piedra, James Brown y los Tetas, algunos se reían y otros nos ignoraban. El KVzón al fondo de la escalera me apuntaba con el dedo.
Nos vestimos, nos besamos y bajamos, me senté en el sillón y me comí todas las papas fritas que quedaban. Noción del tiempo no tenía, pero todos se estaban yendo. Yo estaba viajando de mi viaje a las estrellas.
El Honorato y yo quedamos solos, miré la mesa y estaban los cogollos que habíamos despedazado, nos fumamos un canutón, me saqué la ropa y me metí a la tina, el Honorato hizo lo mismo, estuvimos mucho tiempo ahí. Luego nos vestimos y me fue a dejar, el sol ya había salido y seguíamos tan volados como antes.
Con los viajes, las trancas que siempre has tenido se pasan, haces las cosas que siempre has querido hacer sin tenerle miedo al ridículo.
Nos fuimos flotando a mi casa, al llegar nos dimos un gran beso. Cuando entré en mi pieza y estaba casi en la tierra, ya no estaba en la realidad virtual y recién ahí me di cuenta que ya nada sería igual.
1998

1 Comments:

At 4:40 p. m., Blogger Tam! Dijo...

y entre aki... como estaba en tu fotolog... =** despues leere ya ke estoy preparando unos apuntes para prueba. besos

 

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